Conociendo el chovinismo británico es muy raro lo que sucede con la imagen de Paul Nash (1886-1946) dentro de la Isla. Han ensalzado, internacionalmente, artistas pobres en recursos y sin ninguna técnica y se olvidan de Nash, quizás uno de los mejores por no decir el mejor pintor británico de los 30 y 40.
Como buen británico empezó su carrera pintando paisajes con ese aire entre poético, nostálgico y monocromático que tienen las obras del Paisajismo Inglés.
Después su estilo navega entre el simbolismo y el surrealismo, siendo de los primeros británicos en atreverse a salir del clasicismo. Creo que catalogar su obra de surrealista, como lo hacen todas las enciclopedias, es un error.
Nash es vanguardista, desde el momento que se atreve a romper el molde conservador de sus inicios y cuando va a las trincheras, en la primera línea de fuego, Avant-garde. Un vanguardista literal.
La primera guerra mundial le dio la oportunidad de retratar el horror in situ; como miembro del artists rifles, sirvió bajo el grado de oficial artista de guerra, grados que solo se les ocurren a los británicos.
En la segunda guerra repite el grado, enfocándose esta vez en la pelea desde los aires.
Siempre se intereso en los ciclos de la naturaleza, como la interacción del girasol con el sol. Tema recurrente en su obra que acerca al espectador hacia un mundo nuevo.
Como siempre, un agrado recibir comentarios con tanto sentimiento como bien pensados.
Gracias Laura.
Querido GONZALO: Me gusta mucho – El grado de oficial artista de guerra
creo que es necesario, porque la fotografía no capta los sentimientos como
lo hace el arte. La guerra aparece ante mis ojos como algo de otro mundo.
Ese color metálico, gélido, cortante, Arboles sin sus copas, arroyos podridos.
Siento lo que sentí cuando vi TERMINATOR (la del año 1984).