Kitty Lange Kielland (1843-1914)

Hay varias pintoras noruegas en esa transición entre el siglo XIX y comienzos del XX, Harriet Backer, Mimi Falsen, Oda Krohg, Agnes Steineger y las dos mejores para mí: Helga Marie Ring y Kitty Lange Kielland. Lamentablemente de la primera no existe casi nada de su obra en Internet, por lo que me centraré en la segunda.

Como todas las mujeres de su generación, Kitty pintó interiores de su hogar y paisajes de su entorno más cercano. Curiosamente ninguna mujer nórdica realizó retratos como temática de su obra, esto puede ser debido a que las mujeres en esa época no eran consideradas pintoras. Al realizar un retrato el modelo tiene que estar varios días posando, esto se traduce en confianza de obtener un buen resultado. Nadie se va a sentar una semana seguida, posando unas dos horas de media, para ver un resultado mediocre. Tal vez esta sea la razón de la timidez de las pintoras, opinión personal, por supuesto.

 

Kitty comenzó a tomarse en serio la pintura a partir de los 30 años, como mujer no pudo asistir  a una Academia de Artes por lo que tuvo que tomar clases privadas, Kitty tenía un padre millonario que le facilitó la tarea del aprendizaje. Como todas las pintoras nórdicas de su generación se fue a Múnich, para encontrar su estilo.

Los paisajes con mucho cielo, nubes y pantanos oscuros son su temática representativa. Hasta ese momento todos habían ignorado esos paisajes sombríos, ella fue la primera en ver la belleza de lo cotidiano. Por esta razón la sitúo más en un estilo Naturalista que Impresionista, al contrario de lo que se dice por ahí.

Los Naturalistas pintan las cosas como las ven, aunque estas no sean bonitas o carezcan de esa poesía mística, pintores Naturalistas fueron: Daubigny, Corot y Millet. Desde una óptica noruega, femenina, del siglo XIX,  los impresionistas eran demasiado vanguardistas para Kitty, por eso ella decide quedarse en el terreno que conoce mejor.

Entrado el nuevo siglo Kitty coloca más color en su Paleta, se atreve con el Impresionismo como demostrando cambios radicales en la vejez.

Este cambio no me gusta mucho, encuentro que es demasiado “francés”, me quedó con sus pantanos nórdicos, con luz u oscuros, es el sello de esta mujer «natural».